En un enfrentamiento que ha capturado la atención nacional e internacional, la presidenta Claudia Sheinbaum ha descalificado rotundamente un reportaje del New York Times (NYT) sobre la producción de fentanilo en México. Según Sheinbaum, las fotografías presentadas por el diario no reflejan la realidad de cómo se produce esta droga letal, y añadió que hay un patrón en la publicación estadounidense de cooptar a jóvenes para el crimen organizado.
En la mañana de este lunes, durante la conferencia matutina conocida como «la mañanera», Sheinbaum no solo cuestionó la credibilidad de las imágenes mostradas en el artículo del NYT, sino que también lanzó una crítica más profunda sobre la ética periodística del medio. Con un tono de voz firme pero controlado, la presidenta sugirió que el reportaje podría haber sido inspirado en la serie de televisión «Breaking Bad», más que en una investigación seria y fundamentada. Las palabras de Sheinbaum resonaron en el salón de Palacio Nacional, donde los reporteros y asistentes escuchaban atentamente, algunos tomando notas frenéticamente y otros intercambiando miradas de sorpresa.
La controversia comenzó cuando el NYT publicó un reportaje detallando cómo supuestamente operan los laboratorios clandestinos de fentanilo en Culiacán, Sinaloa. Las periodistas del NYT afirmaron haber entrado a uno de estos laboratorios, describiendo un escenario que, según Sheinbaum, no corresponde a la realidad química y sanitaria del proceso de fabricación de fentanilo. La presidenta prometió demostrar científicamente la falta de veracidad en las fotografías, lo que ha levantado expectativas sobre qué evidencias presentará su gobierno.
El discurso de Sheinbaum no se limitó a la crítica de las imágenes; también tocó el tema de la supuesta cooptación de jóvenes estudiantes por parte del crimen organizado. Ella recordó que este no es el primer reportaje del NYT que aborda este tema, mencionando un artículo anterior donde se acusaba a estudiantes de química de ser reclutados por cárteles para producir drogas. La presidenta cuestionó la responsabilidad de los medios al publicar información que, según ella, podría ser tanto desinformación como una estrategia para dañar la imagen de México.
Los asistentes a la conferencia, desde funcionarios hasta miembros de la prensa, se mostraron divididos. Unos aplaudieron la defensa de la soberanía y la veracidad por parte de Sheinbaum, mientras que otros expresaron escepticismo, preguntándose si esta podría ser una maniobra para desviar la atención de problemas mayores de seguridad. En las redes sociales, la polémica se esparció como pólvora, con hashtags relacionados acumulando miles de interacciones y comentarios variados.
En el mundo de la diplomacia, las declaraciones de Sheinbaum podrían tener repercusiones. Estados Unidos, que ha estado presionando a México para combatir el tráfico de fentanilo, ahora enfrenta una situación donde la credibilidad de uno de sus medios más influyentes está en entredicho por un alto funcionario mexicano. Esto podría influir en futuras negociaciones y colaboraciones en materia de seguridad entre ambos países.
La promesa de Sheinbaum de presentar una demostración científica sobre el proceso de producción del fentanilo ha abierto la puerta a una nueva etapa en este debate. Los científicos, tanto del gobierno como de instituciones independientes, esperan con interés ver cómo se desglosará esta información. Mientras tanto, el público mexicano y estadounidense espera respuestas claras en medio de una crisis de salud pública que no da tregua.