La controversia ha llegado al Manchester United tras la decisión de varios jugadores de no vestir una chaqueta diseñada por Adidas para apoyar al colectivo LGTB. Este gesto, parte de la campaña “Rainbow Laces” promovida por la Premier League, buscaba visibilizar la diversidad y la inclusión en el fútbol. Sin embargo, la negativa del jugador marroquí Noussair Mazraoui, fundamentada en sus creencias religiosas, marcó un punto de inflexión en el equipo.
Según The Athletic, la postura de Mazraoui influyó en otros jugadores, quienes también decidieron no portar la chaqueta, aunque no todos compartían su postura. Esto ha generado críticas hacia el club y su compromiso con la inclusión. Por su parte, Adidas, uno de los principales patrocinadores del equipo con un contrato millonario de más de 1.000 millones de euros en diez años, expresó su decepción ante la falta de apoyo a la campaña.
Religión e inclusión: un choque constante en el deporte
El caso de Mazraoui no es aislado. En años recientes, iniciativas como “Rainbow Laces” han enfrentado resistencia por parte de algunos jugadores debido a conflictos entre sus creencias religiosas y el mensaje de inclusión. Este año, Sam Morsy, del Ipswich Town, se negó a portar el brazalete arcoíris como capitán, mientras que Marc Guehi, del Crystal Palace, optó por personalizar el suyo con el mensaje “Amo a Jesús”, lo que provocó tensiones con la federación inglesa.
Para Mazraoui, este episodio sigue una línea de coherencia con su historial: en 2023, cuando jugaba en el Bayern de Múnich, ya había mostrado su apoyo a Zakaria Aboukhlal, un futbolista que se negó a participar en una campaña similar en Francia.
En un comunicado oficial, el Manchester United reafirmó su compromiso con la diversidad y la inclusión, recordando que da la bienvenida a todos sus aficionados, incluidos los del colectivo LGTB. Sin embargo, el club también reconoció que los jugadores tienen derecho a expresar sus opiniones personales, incluso si estas divergen de las posiciones institucionales.
Esta ambigüedad ha llevado a cuestionar hasta qué punto un equipo de fútbol puede exigir unidad en temas sociales cuando los valores individuales de sus jugadores entran en conflicto con los objetivos del club.
El impacto en la campaña y el deporte
Desde su inicio en 2013, “Rainbow Laces” ha tenido como meta hacer del fútbol un espacio más inclusivo, pero su éxito sigue siendo desigual. Las tensiones recientes plantean preguntas sobre la efectividad de estas iniciativas frente a la diversidad cultural y religiosa que caracteriza al deporte global.
La decisión del Manchester United de no portar las chaquetas no solo refleja un conflicto interno, sino que también evidencia un desafío más amplio en el mundo del fútbol: equilibrar el respeto por las creencias personales con el compromiso hacia la inclusión y la igualdad.