En México, la preparación y respuesta ante ciclones tropicales se rige por un Sistema de Alerta Temprana que clasifica los niveles de alerta en cinco colores, cada uno indicando un grado de peligro específico. Desde la alerta azul, que señala un peligro mínimo, hasta la alerta roja, que advierte sobre un peligro máximo, este sistema busca orientar a la población sobre las precauciones a tomar ante la inminencia de un ciclón.

La alerta verde, que se sitúa como la segunda en orden de gravedad, indica un peligro bajo. Esta alerta se activa cuando un ciclón tropical se aproxima a tal distancia que podría impactar con vientos de 34 nudos en un lapso de entre 72 y 24 horas. Asimismo, se emite cuando el ciclón comienza a alejarse, manteniendo una distancia de entre 350 y 750 km del área afectable.

Durante una alerta verde, las autoridades mexicanas recomiendan varias medidas preventivas como podar árboles cercanos a cables de energía, asegurar objetos que el viento podría desplazar, y mantener limpios desagües y coladeras para evitar inundaciones. También es crucial verificar la potabilidad del agua y la limpieza de los alimentos, especialmente si el ciclón se está alejando, para prevenir problemas de salud posteriores al evento.

Este sistema no solo facilita la toma de decisiones por parte de las autoridades y los ciudadanos, sino que también contribuye a minimizar los daños y asegurar una respuesta efectiva frente a los aproximadamente 25 ciclones que amenazan al país cada año.

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