En la búsqueda de reducir el consumo de energía en el hogar, muchas veces pasamos por alto la cantidad de luz que gastan ciertos electrodomésticos, incluso cuando no los estamos utilizando activamente. Un estudio realizado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en 2019 determinó que los mayores consumos de electricidad se encuentran en el refrigerador (23.74%) y la instalación eléctrica (21.56%). Otros factores significativos incluyen la iluminación (20%), el aire acondicionado (18%) y los aparatos conectados en modo “stand-by” o reposo (11%).

Aunque pareciera que al estar apagados no consumen electricidad, la realidad es que algunos aparatos siguen demandando energía en estado de “stand-by”. Este fenómeno, conocido como “consumo vampiro”, puede aumentar significativamente la factura de luz a lo largo del tiempo. La CFE alerta que en casas y oficinas hay dispositivos que permanecen conectados y consumen energía eléctrica constantemente, independientemente de si se usan o no.

Entre los aparatos que más contribuyen al consumo en espera se encuentran televisores, hornos de microondas, aparatos de sonido, impresoras, decodificadores, cargadores de celular y computadoras, entre otros. Incluso pequeños consumos, como el de un cargador de celular que utiliza 2.3 kWh al año, pueden acumularse y reflejarse en el recibo de luz.

A continuación, se presentan algunos ejemplos de gastos de energía y costos anuales por aparato:

  • Cargador del celular | 2.3 kWh | $2.78 anual
  • Calefactor | 36.9 kWh | $44.94 anual
  • Aire acondicionado | 7.9 kWh | $9.61 anual
  • Reproductor DVD | 13.6 kWh | $17.72 anual
  • Sistema de audio | 14.5 kWh | $17.72 anual
  • Televisión | 45.1 kWh | $54.98 anual
  • Pantalla de plasma | 26.8 kWh | $32.87 anual
  • Horno de microondas | 27 kWh | $32.88 anual
  • Computadora | 24.9 kWh | $30.32 anual

Para minimizar el consumo vampiro, es recomendable desconectar los dispositivos que no se están utilizando o utilizar regletas con interruptores que permitan cortar el suministro eléctrico de manera sencilla. Además, optar por electrodomésticos con etiquetas de eficiencia energética puede contribuir significativamente a reducir el gasto de electricidad en el hogar.

Implementar estas medidas no solo ayuda a disminuir la factura de luz, sino que también contribuye a un uso más responsable y sostenible de la energía.

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