La carrera hacia la Suprema Corte de Justicia de la Nación no es un camino fácil, y Paula María García Villegas Sánchez Cordero lo sabe bien. Con 28 años de experiencia en el Poder Judicial y 14 de ellos como juzgadora, esta magistrada de carrera enfrenta el reto histórico de un proceso de selección que, por primera vez, involucrará una elección popular. Para ella, este momento no solo representa un desafío profesional, sino una cita con la historia del país y consigo misma.
En sus declaraciones recientes, García Villegas destacó la importancia de que quienes aspiren a ocupar un lugar en la Suprema Corte sean «los mejores perfiles, los mejores juristas y las mejores juristas del país». Esto no solo implica preparación académica y trayectoria impecable, sino también una vocación que honre tanto a la institución como a México.
«Si no son los mejores, el proceso no va a funcionar», afirmó categóricamente, subrayando la relevancia de los filtros y los comités de evaluación para garantizar la calidad de los candidatos. En su caso, se inscribió en los tres comités encargados del proceso: el del Poder Judicial, el Ejecutivo y el Legislativo. Esto demuestra su confianza en su preparación y su compromiso con los rigurosos exámenes, entrevistas y evaluaciones que forman parte de este innovador sistema de selección.
Pero más allá de los méritos profesionales, Paula María pone énfasis en su integridad personal y los valores que la guían. «Nos educaron a ser autónomos, independientes, con pensamiento crítico, pero siempre con una ética inquebrantable», compartió, refiriéndose a la influencia de su familia y a la huella de su madre, la exministra Olga Sánchez Cordero. Este legado ético y profesional es el cimiento de su candidatura, aunque deja claro que su trayectoria es propia y construida con esfuerzo desde la base.
Sobre el papel de la Suprema Corte, Paula María reconoce la evolución de este órgano como tribunal constitucional, especialmente a partir de reformas clave en 1994, 2011 y 2021, que han ampliado la protección de derechos humanos en el país. Para ella, llegar a ser ministra no solo implica una responsabilidad individual, sino una oportunidad para fortalecer la justicia y garantizar que este nuevo modelo de elección funcione de manera eficaz.
Con su postulación, Paula María García Villegas no solo busca convertirse en ministra, sino también en un referente de transparencia, ética y compromiso con el país. Su mensaje es claro: este proceso, aunque complejo, es una oportunidad para que México dé un paso más hacia una justicia más democrática e inclusiva.